ANV y EB se comprometen a «dar un vuelco» al plan para la incineradora (Diario Vasco)

Atalak: Errausketa, Gipuzkoa, Zubieta

Afirman que es posible gestionar los residuos sin incinerarlos. La recogida de basura orgánica se efectuará «puerta a puerta».
FERNANDO SEGURA

SAN SEBASTIÁN. DV. La Mancomunidad de San Marcos quiere hacer borrón y cuenta nueva. Es decir, pretende que se revise el Plan de Residuos de Gipuzkoa, eliminando del mismo la construcción de una incineradora y potenciando los sistemas alternativos de tratamiento de residuos, especialmente el compostaje.

El nuevo Consejo Rector de la Mancomunidad se constituyó el martes, obteniendo ANV y EB la mayoría absoluta de representantes. La recomposición de fuerzas se deriva de las elecciones municipales del
pasado mes de mayo. En estos comicios, ANV logró las alcaldías de Lezo, Oiartzun, Usurbil, Hernani y Pasaia.

La Mancomunidad gestiona la basura de estos municipios, además de los de San Sebastián, Errenteria, Astigarraga, Errenteria y Lasarte. En total, más de 300.000 habitantes (la mitad de Gipuzkoa), que generan al año 103.000 toneladas de basura.

El nuevo presidente de la entidad comarcal, Ricardo Ortega (concejal de EB en Lasarte) y el vicepresidente, Imanol Azpiroz (concejal de ANV en Usurbil), comparecieron ayer en la sede de la Mancomunidad para explicar el nuevo rumbo de la entidad.

Ortega señaló que el objetivo básico es desarrollar un sistema integral de gestión de los residuos que haga «absolutamente innecesario e irracional» la construc ción de la incineradora de Zubieta. El
presidente añadió que el Plan de Residuos aprobado en la pasada legislatura «se diseñó para implantar una incineradora y, en torno a ella, se establecieron otros sistemas con carácter secundario. Nosotros
nos comprometemos a darle la vuelta a este esquema».

Ortega indicó que como punta de lanza de este nuevo rumbo de la Mancomunidad se sitúa la  potenciación al máximo de la recogida selectiva de basura, en especial la de residuos orgánicos que se
producen en los domicilios (restos de comida).

El presidente adelantó que la Mancomunidad propondrá un sistema de recogida «puerta a puerta». Este modelo se basa en que operarios de las mancomunidades irán a los domicilios de los ciudadanos, en los días convenidos en cada barrio, para recoger las bolsas donde se habrían depositado los restos de comida susceptibles de ser transformados en abono para el campo.

Los nuevos directivos de la Mancomunidad indicaron que este sistema es más caro que el de contenedores, aunque de mayor fiabilidad. No precisaron el número de operarios que harían falta para llevarlo a efecto.

Vertederos comarcales

Ortega explicó que la potenciación del compostaje conllevará la creación de una red de plantas de tratamiento «por el conjunto de pueblos y comarcas».

El presidente reconoció que, tras los distintos métodos de tratamiento para la reutilización de los residuos, «siempre quedará una fracción irrecuperable». Esta fracción, indicó Ortega, tendrá que ser depositada en vertederos. Subrayó que los elementos a verter serán «inertes», es decir, que no olerán ni contaminarán.

Los dirigentes de la Mancomunidad no precisaron cuántos vertederos serán necesarios. «Este resto se llevará a instalaciones a nivel comarcal y habrá que buscar los lugares», indicó el vicepresidente.

Los responsables de San Marcos admitieron que, si bien en la Mancomunidad son mayoría los representantes que se oponen a la incineradora, en el Consorcio de Gipuzkoa la situación es la inversa.
En este órgano están representadas todas las Mancomunidades y la Diputación. Allí se decidirán los sistemas a implantar en Gipuzkoa y, de momento, el vigente es el Plan de Residuos que contempla la
incineración.

Azpiroz admitió que la balanza en el Consorcio se inclina a favor de mantener el citado plan. Los votos de la Diputación (33%), sumados a los de cinco o seis mancomunidades a favor de la incineración, superan claramente a la representación de San Marcos (32%). El vicepresidente criticó la representación reservada a la Diputación y subrayó que las dos mancomunidades que se opondrán al plan (San Marcos y probablemente Tolosaldea o Alto Deba) suponen el 53% de la población guipuzcoana. En este sentido, recordó que el diputado general, Markel Olano, se comprometió en su discurso de investidura a aceptar la postura de los ayuntamientos.

Abandonar el Consorcio

Los responsables de San Marcos indicaron que si el Consorcio da luz verde al Plan de Residuos, la Mancomunidad podría plantearse abandonar la entidad.

Esta salida podría conllevar que las comarcas que ahora reciben la basura que se llevaba al vertedero de San Marcos se negaran a seguir recibiendo estos residuos. El traslado de la basura de Donostialdea,
obligado por la clausura del vertedero el 1 de octubre, fue fruto de un acuerdo por el que Sasieta, Urola Costa y Urola Medio se comprometían a admitir los residuos de Donostialdea sólo si el Ayuntamiento de San Sebastián aceptaba la construcción de una incineradora para toda Gipuzkoa. El Consistorio aprobó su ejecución en Zubieta.

Ortega indicó que, pese a la oposición a la incineradora, no contempla la reapertura del vertedero de San Marcos. A su vez, advirtió al resto

de Mancomunidades que «las dinámicas de chantaje están fuera de lugar», en el caso de que decidan no seguir aceptando la basura de Donostialdea. El abandono del Consorcio por parte de San Marcos podría conducir a que la otras siete mancomunidades de Gipuzkoa decidan construir una incineradora para el tratamiento de sus residuos. Los representantes de San Marcos, preguntados sobre si ante esta posibilidad Donostialdea renunciaría a llevar sus residuos a la incineradora, apostando por
sistemas alternativos, se limitaron a señalar que San Marcos «desarrollará su plan estratégico».