La basura llama a su puerta

Atalak: Atez atekoa, Gaikako bilketa

Noticias de Gipuzkoa

NOS encontramos liados en una etapa llena de vicisitudes en la que la ciudadanía no tiene más remedio que sortear las trabas que cada día asoman a la hora de desarrollar el quehacer diario, intentar esquivar las situaciones adversas y echarle valor a las mil y una peloteras que surgen en cada esquina. Amenazas de más paro y empobrecimiento que va ahogando a las familias sin que haya manera de encontrar un hueco donde serenar el espíritu y tomar aire para poder continuar hacia adelante. Y por si todo fuera poco, llega Bildu para implantar, sí o sí, a la vieja usanza, un nuevo sistema de recogida de basuras en pueblos guipuzcoanos montando un cristo de aúpa y dejando de uñas a la ciudadanía.

Sin entrar en tecnicismos, se trata de un sistema que dice muy poco sobre estética urbana, nada sobre la comodidad que hay que ofrecer a la vecindad y deja, eso sí, muy claro al usuario los estrictos horarios y días concretos en los que hay que depositar los residuos que se generan en las casas. Este nuevo modelo de PaP ha logrado encender el ánimo de las gentes que habían encontrado en el sistema actual la comodidad suficiente para depositar los deshechos. En todo esto, llama la atención la terca insistencia, la obstinación y el empecinamiento de los promotores para imponer e implantar, por encima de todo, en recuerdo de tiempos pasados, el nuevo sistema de recogida de residuos. Cada uno puede pensar lo que quiera, pero no creo que sea recomendable dejar la ventana abierta a la especulación. Desconozco si el método a implantar se extiende a grandes poblaciones como Irun, Errenteria, Eibar o Donostia, pero no me veo observando el marco incomparable a través de los colgajos de basura. En fin, cuando los vecinos reclamaban el quinto contenedor, ¡plaf!, donde manda capitán no manda, ni opina, marinero. No creo que el empecinamiento de los mentores de nuestro territorio conduzca a asentar la tranquilidad que hoy precisa nuestro país.